Análisis - Carrefour
El debate en las distintas esferas sociales sobre la desigualdad de género en los puestos directivos de las grandes y pequeñas empresas, está, en este siglo XXI, más presente que nunca. En las sociedades actuales todavía existe una asimetría a favor de los hombres en el ámbito del poder empresarial, mientras que las estadísticas disponibles respecto a diferentes estudios revelan que la proporción de mujeres que acceden a estos cargos resulta considerablemente reducida.
Por esta razón, el Ministerio de Igualdad español lanzaba en 2014 un Plan Estratégico de Igualdad de Oportunidades para el ejercicio 2014-2016. En él, destacan algunos puntos significativos como el capítulo “Prevenir la discriminación por razón de sexo en el acceso al empleo”, “Fomentar la igualdad de trato y oportunidades de mujeres y hombres en las empresas” y “Combatir la brecha salarial de género” por ser consecuencia directa de las desigualdades previamente descritas.
En este documento, señalaban que las mujeres ocupaban en un 62,5% de puestos laborales en las denominadas “categorías elementales”. Y añadía “las mujeres acceden, en mucho menor número que los hombres, a puestos de responsabilidad, a pesar de que sus niveles educativos son, actualmente y en general, superiores”.
En relación a este tema, hace unas semanas saltaba a los medios de comunicación que Carrefour España duplicaría el número de sus mujeres directivas en un año, una medida desarrollada en el evento Firma de los Principios ONU Woman. Para la cadena multinacional de distribución de origen francés –primer grupo europeo y segundo en el mundial del sector– esto supone un reto ambicioso que cumplir a corto plazo.
El director de Recursos Humanos de Carrefour España, Arturo Molinero, señalaba que lo que había que hacer era “implantar medidas que hagan compatibles la maternidad con el desarrollo profesional de las mujeres”.
Así pues, esta medida satisface por una parte los compromisos económicos –pues supone la motivación de los colaboradores mediante la gestión de equipos y retribución justa- y, por otra, los compromisos sociales que tiene la empresa, que quedan fijados con la creación de la Fundación Solidaridad Carrefour en el año 2001.
Desde sus inicios, Carrefour viene comprometiéndose con la sociedad apostando por realizar acciones de apoyo a los sectores más desfavorecidos, y tres son los sectores en los que opera para ello. Así, los objetivos de la Fundación Solidaridad Carrefour son:
Promover la mejora del entorno social en aras de una mayor equidad
Incrementar la calidad de vida de las personas y mejorar el medio ambiente
Fomentar los cambios de actitud y de valores que supongan un mayor compromiso de todos en la mejora de la sociedad
Para ello busca fórmulas para poner parte de los activos de la empresa (económicos, técnicos o humanos) a disposición de los más desfavorecidos.
La Firma de los Principios ONU Women United Nations Global Impact, mejora la imagen que de ella tiene su público objetivo (consumidores de la marca) y, a su vez, también su Reputación Corporativa, ya que favorece la opinión que de ella tienen sus stakeholders.
En esta convención llamada “Women Leaders”, que tuvo como resultado el lanzamiento de este reto para 2016, se reunieron más de 100 colaboradoras de Carrefour y mujeres vinculadas al mundo empresarial. Entre ellas, Laura Galarreta, Directora General de la Mujer de la Comunidad de Madrid, Paloma Beamonte, Presidenta y Consejera Delegada de Xerox España, y Sonsoles Ónega, escritora y periodista.
CARREFOUR COMO EJEMPLO DE EMPRESA SALUDABLE
Aparte de esta iniciativa, las políticas de Recursos Humanos de Carrefour destacan por su compromiso con los empleados, tanto a nivel formativo como en el ámbito privado de los mismos.
A modo de ejemplos podemos citar que, favoreciendo el ámbito personal de sus empleados, en 2014 el reto empresarial de la multinacional era conseguir 3.000 contratos indefinidos y, antes de cerrar el ejercicio 2015, ya han cumplido ese objetivo. Por otra parte, más de 1.600 personas cuentan con una reducción de jornada para favorecer la conciliación familiar. Y 1.500 personas fueron contratadas por la liberalización de horarios comerciales.
A nivel formativo, la compañía considera clave el aprendizaje de sus trabajadores y, por ello, invierte 11 millones de euros al año en cursos de cerca de 600.000 horas de formación para los diferentes puestos de trabajo.
